Dios nos promete que irá delante de nosotros en todas nuestras metas y estará con nosotros; lo único que pide es que seamos esforzadas y valientes. Eso primero se lo dijo a Josué antes de conquistar la Tierra Prometida, y aunque tal vez Dios no te esté pidiendo ir a la batalla, puede que te esté pidiendo ser una excelente esposa, ama de casa, madre, emprendedora, doctora, maestra, lo que sea. Y a veces esas tareas y deberes también dan miedo, pero Él nos pide que no temamos ni desmayemos. Lo único que debemos hacer es esforzarnos todos los días y ser valientes. ¿Tienes una crisis de salud? Sé valiente. ¿Tienes una crisis financiera? Esfuérzate. ¿El emprendimiento se ve difícil? Esfuérzate y sé valiente. No porque todas estas cosas dependan de ti, sino por quien va contigo y quien te dio la promesa. Los israelitas no conquistaron la Tierra prometida así nada más; Dios se las dio. Tampoco batallaron deseando ganar; Dios ya les había dado la victoria. Todo lo que tú sueñas y que viene de Dios, Él ya te lo ha dado; tu tarea es ser esforzada y valiente.
Oración:
Padre, gracias por los sueños y metas que has puesto en mi corazón; también por las promesas que me has dado. Te pido que me ayudes a ser esforzada y valiente, a no temer y desmayar mientras te sigo. Gracias porque me acompañas en todo y lo que tú me has prometido ya me lo has dado. Ayúdame a siempre depender de ti y no en mis propias fuerzas. Amén.
Lectura:
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el SEÑOR tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
Josué 1:9