Alcanzar una meta no difiere mucho de construir una casa, ya que ambas requieren sabiduría, inteligencia y buen juicio. Un sueño es un deseo; una meta es un proyecto, que puede ser construir una casa, crear un negocio, desarrollar una habilidad, entre otros. ¿Sabes cuál es lo más importante? La sabiduría, y lo más sabio que puedes hacer es reconocer que no lo sabes todo y que necesitas ir a Aquél que todo lo sabe y todo lo puede: Cristo. Él es el cimiento de una buena vida, de un buen hogar, de un buen proyecto, de un buen corazón. Él es quien nos da la sabiduría para establecernos una nueva meta, un nuevo proyecto; Él nos da la inteligencia para emprender y realizarlos; y también es Él quien nos da buen juicio para terminarlos y convertir una meta o proyecto en algo bueno, hermoso y bendito.
Proverbios 21:3-4 dice que con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos; y con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros. ¿Qué significa esto para tus metas y proyectos de este año?
Ejercicio:
Con la lista en mano de tus metas, pídele a Dios sabiduría, inteligencia y buen juicio para ejecutarlas. Tu meta implícitamente conlleva metas más pequeñas. Por ejemplo, si Dios puso en tu corazón como meta dejar el enojo, lo sabio sería reconocer que solo Jesús puede transformar tu corazón; lo inteligente sería desarrollar buenos hábitos emocionales como ser más paciente, pasar por alto una ofensa, perdonar rápido y frecuentemente, dejar el pasado atrás y llevar las heridas a Jesús para que las sane. El buen juicio sería, en lugar de enojarte, bendecir, hacer cumplidos, ser amable, ser el agua en medio del fuego; con ello estás llenando tu corazón de bellos y extraordinarios tesoros, además de bendecir a otros. Con cada pequeño paso te acercas a la meta. Si es emprender un negocio, es el mismo procedimiento. Esa es tu gran meta, ¿qué metas más pequeñas debes alcanzar diariamente, semanalmente y mensualmente para lograrlo? Escribe cada pequeña meta por cada gran meta.
Lectura:
Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos. Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros.
Proverbios 24:3-4